Sucedió en la Frontera

Ahí en la frontera México-Estados Unidos andaba un gringo de cacería,  y tiene la suerte de bajar un pato con el primer tiro. La pena es que el pato cayo del lado mexicano de la cerca. Ya se trepaba a la cerca cuando se le acerca un viejo paisano que pasaba por ahí.
- ¿Que esta haciendo? . . esta es mi tierra.
- Buenou, lo que pasar es que cacé un pato y el caer en su tierra.
- Lo siento, pero no puede llevárselo - le dice el viejo.
- ¡Soy un gran ciudadano americanou. Yo quejarme con mi embajada, y yo  hacer un gran pleito y voy a quedarme hasta con su tierra si no me dejar entrar a recouger mi pato -amenaza el gringo.
- Aquí en México resolvemos las cosas de otra manera -le informa el viejo- Aplicamos la Regla de las Tres Patadas.
- ¿Y como ser Regla de las Tres Patadas? -pregunta el americano.
El viejo explica:
- Yo lo pateo tres veces; Ud. me patea tres veces; yo lo vuelvo a patear, y así hasta que alguien se de por vencido.
El gringo viendo que el granjero era viejo y que él estaba en forma, aceptó las reglas.
- Esta bien, empecemos - dijo el americano.
El mexicano se acercó al gringo y sin más, con sus botas bien de trabajo le dio una tremenda patada en la rodilla al gringo; antes de que se doblara, le encajo otra en los testiculos, y cuando el gringo se retorcía de dolor, le encajó un soberano patadón en el culo.
Al cabo de 5 minutos, el gringo, con mucho esfuerzo se levanto y dijo, saboreando la venganza:
- Ahora tocar a mí....
- ¿Sabe qué...? no se moleste -le dice el viejo- ... ¡¡Llévese su pinche pato, me doy por vencido...!!