viernes, 5 de agosto de 2011

El Granjero y la Viuda

Un campesino lleva su camioneta al pueblo y el mecánico le dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su granja, que no queda lejos.
      En el camino pasa por la ferretería y compra un balde y un tarro de pintura. Allí, un vecino le entrega dos gallinas y un ganso que le debía. Ahora nuestro granjero tiene un problema: cómo llevar todo a casa caminando. Mientras piensa cómo hacer, se le acerca una mujer y le pregunta cómo llegar a la granja de los González; el campesino le dice que va en esa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.
      La señora dice:
-¿Por qué no pones la lata de pintura en el balde? Lo llevas en una mano; te pones una gallina debajo de cada brazo y llevas el ganso en la otra mano…

El granjero lo hace así y comienza a acompañar a la mujer. En un momento le dice:
- Conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos un kilómetro.

     La mujer lo mira con desconfianza y responde:
- Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me vas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra una tranquera y vas a abusar de mí?

-¡Pero señora! Aun cuando quisiera, ¿cómo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos gallinas y un ganso. ¿Cómo hago para apretarla contra la tranquera y abusar de usted?

- Pones el ganso en el piso, lo cubres con el balde, colocas la pintura encima del balde, y yo te aguanto las gallinas…

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