sábado, 23 de octubre de 2010

Un Rapidín...

     Un señor va a un bar y le dice al mesero:

- Un café solo por favor.
    
Y el mesero, volteando hacia los demás, grita:

-¡¡¡A ver cabrones, todo el mundo fuera!!!

En el Viejo Oeste...

     En una ocasión entró un vaquero a una cantina de un pueblo a tomarse un trago, y al llegar amarró su caballo en la puerta. Pero al salir el forastero de la cantina se percató que su caballo ya no estaba, muy encabronado el tipo regresó al salón y pateando la puerta y tirando las sillas amenazó:

- ¡Si no aparece mi caballo en 5 minutos voy a hacer aquí lo mismo que hice en San Francisco! -y se dirigió a la barra por otro trago.

     A los 3 minutos volvió a salir y de nuevo no encontró su caballo, de nuevo entró al salón pateo la puerta y volvió a gritar:

- ¡Si en 2 minutos no aparece mi caballo, voy a hacer aquí lo mismo que hice en San Francisco...! - y se volvió a dirigir al cantinero por otro trago.

Al minuto, nuevamente se dirigió a la puerta y el caballo ni luces y encolerizado tiró la puerta del salón y exclamó:

- ¡¡Se los advierto, si en un minuto no aparece mi caballo, voy a hacer aquí lo mismo que hice en San Francisco...!! - y se dirigió nuevamente a la barra con el cantinero para otro trago.

    Finalmente al pasar el minuto, volvió a salir y por fin allí se encontraba el caballo tal y como lo había dejado. Ya satisfecho regresó al salón para pagarle al cantinero y luego se dirigió a su caballo, se montó y ya se iba a marchar cuando de pronto salió corriendo el cantinero quien lo para con una cara de enorme duda, y le pregunta:

- Disculpe señor, este, en nombre de todos los parroquianos de la cantina y mío, tenemos una dudota, este... ¿Qué fue lo que hizo en San Francisco?

A lo que el forastero contesta:

- ¡Pues, me fui a pie...!

En el Bar

     Un señor de mediana edad lleva una hora sentado en un bar mirando la copa sin beberla, cuando llega un camionero alto y gordo y se bebe la copa de un solo trago. El pobre hombre se echa a llorar, y el camionero le dice:

- ¡Vamos, buen hombre, era solo una broma, ahorita le pido otra copa!

El señor le contesta:

- No, no es eso, es que hoy ha sido el peor día de mi vida. Primero, llego tarde al trabajo y me despiden. Luego, al llegar donde había dejado mi coche, veo que no está pues resulta que me lo han robado. Camino a mi casa y veo a mí mujer con otro hombre, y me vengo para acá, y cuando por fin iba a terminar con todo esto, llega usted y se toma mi veneno...¡¡¡Buuuaaaa!!!

Uno de Genios y Náufragos...

     Están tres náufragos solos en una isla desierta y se encuentran una lámpara maravillosa. Conocedores de las leyendas que encierran estas cosas, no dudan en frotarla: ¡¡¡ZaZ!!!  que aparece un genio.
     El genio les dice, que por haberlo liberado de su cautiverio, les va a conceder un deseo a cada uno.
     Los náufragos brincan de alegría, pues por fin han encontrado su salvación y el fin de sus penalidades.

El primero dice:
- Deseo irme con mi familia y amigos.
- ¡¡¡Concedido!!! - y envuelto en una ágil nube, el náufrago desaparece.
El segundo dice:
- Yo también deseo irme con mi familia y amigos.
- ¡¡¡Concedido!!! - otra nube igual lo envuelve y el náufrago desaparece.

     El tercero, se dispone a pedir su deseo, no sin antes echar una última mirada a lo que fue su morada durante tanto tiempo, la nostalgia y la melancolía lo invaden cuando ve por última vez el hermoso atardecer en el horizonte: ¡¡¡Como desearía que mis amigos estuvieran aquí para ver esto....!!!

- ¡¡¡CONCEDIDO!!!

miércoles, 6 de octubre de 2010

Suele Pasar

     Al párroco le estaban haciendo su cena de despedida por 25 años de trabajo en una Parroquia. Un político miembro de la comunidad fue invitado para dar un breve discurso. Como el político tardaba en llegar, el sacerdote decidió decir unas palabras el mismo para llenar el tiempo:

- Mi primera impresión de la Parroquia, la tuve con la primera confesión que me tocó escuchar. Pensé que me había enviado el Obispo a un lugar terrible, ya que la primera persona que se confesó me dijo que había robado un televisor, que había robado dinero a sus padres, había robado también en la empresa donde trabajaba, además de tener aventuras con la esposa de su jefe. También en ocasiones se dedicaba al trafico y a la venta de drogas.

    El Padre continuaba:

- Me quedé asombrado, asustadísimo. Pero cuando transcurrió un tiempo, fui conociendo más gente y vi que no eran todos así, vi una parroquia llena de gente responsable, con valores, comprometida con su fe. Y así he vivido los 25 años más maravillosos de mi sacerdocio.

      Justamente en este momento llego el político, por lo que se le dio la palabra. Por supuesto, pidió disculpas por llegar tarde y empezó a hablar diciendo:

- Nunca voy a olvidar el primer día que llego el padre a nuestra parroquia. De hecho, tuve el honor de ser el primero que se confesó con él....

Risa en Misa

     Había un grupo de cuarenta monjas que esperaban para confesarse. Pasa la monja número uno, y le dice al sacerdote:
- Padre... me he reído en misa.

     La monja número dos dice lo mismo, y así sucesivamente hasta llegar a la monja número treinta y nuevamente confiesa lo mismo.

      Al llegar a la última monja, el sacerdote le dice:
- Ya sé hermana, se ha reído en misa...

     Y ella le contesta:

- ¡No padre, yo fui la del pedito...!

Suele Suceder....

     Un anciano muere y va la cielo. Allí es recibido por San Pedro.

- ¿Me puede decir cómo se llama?
- Pues, es que no me acuerdo.
- A ver, le pondré algunos nombres, y me dice si le suenan. ¿Carlos? ¿Luis? ¿Juan? ¿Antonio?
- No creo que no, ninguno me suena, aunque podría ser uno de esos...

     San Pedro, desesperado, va a ver a Jesús, al que le cuenta el caso del anciano. Entonces Jesús acude a hablar con él:

- Mire, le haré unas preguntas, intente recordar, ¿de acuerdo?
      El anciano asiente.

-¿En qué trabajabas?
- Creo que era carpintero.
-¿Estabas casado?
- Creo que sí, era una mujer muy buena, casi un santa, creo recordar.
- ¿Tenías hijos?
-Sí, uno, pero era muy independiente.

      Entonces Jesús llora de alegría, y corre a abrazar al anciano.

-¡Papá, soy yo tu hijo!

     Entonces el anciano llora también y exclama emocionado.

 -¡¡¡Pinocho...!!!

viernes, 1 de octubre de 2010

El Negro

Dos maleantes llegan a un rancho arrastrando a un tipo. 
Adentro, hay un Negro de 1,98 m y 130 kg mezcla de Yaqui con Africano, limpiándose las uñas con un cuchillo cebollero.
 
- Oye pinche negro, el jefe pidió que te cojas a este bato, para que aprenda a no hacerse el machito con nuestra banda.

 
- Déjenlo ahi en un rincón, que más tarde me lo chingo.
 
Cuando los malandros se van el tipo dice:
 
- Por favor Señor Negro, no me haga eso, si usted lo hiciera mi vida se termina, tenga piedad por el amor de Dios.

 
- Cállate el hocico guey y quédate quieto ahí

 
Al rato vuelven los malandros con otro pobre pendejo.
 
- Negro, el jefe pidió que a éste, le cortes las dos manos y le perfores los ojos, para que aprenda a
no tocar la lana de la venta de drogas.

 
- Déjalo ahí que dentro de un rato me encargo.
 
 Una hora después traen otro cabrón.
 
- Negro a este le cortas los huevos y la lengua para que nunca más se meta con las mujeres del barrio.

 
-Tá güeno déjalo ahí en el rincón con los otros.
 
 Finalmente traen a otro.
 
- Mira "Negro", a este lo cortas en pedacitos y mandas cada pedacito para la familia!

 
En ese momento, el primer tipo le dice al Negro, en voz baja:
 
-Señor Negro, por favor no se vaya a confundir: ¡¡Al que se va a cojer es a mi ¿Ok?!!


 

El Supositorio Gallego

     Son las 2:00 am. Venancio tiene temperatura alta y su amigo, Juan, le dice:

- Hay que hablarle a Paco, él siempre sabe qué hacer.
 
     Marcan el número y contesta Paco, medio dormido:  

    
- ¿Bueno...?.
- Paco. . . Soy Juan. Fíjate que Venancio tiene alta temperatura y no sabemos qué hacer.
- Dile que se compre unos supositorios.

 
     Paco cuelga. Juan le dice a Venancio:

 
- Dice Paco que te compre unos supositorios.
- ¿Y dónde los vamos a comprar?, pregunta Venancio.

 
     Vuelven a llamar a Paco.

 
- ¿ Bueno...?
- Fíjate, Paco, que no sabemos donde comprar los supositorios.
- ¡Joder! ¡pues en la farmacia!', y cuelga muy enojado.

 
     Van Juan y Venancio a la farmacia.

 
- ¿Me da unos supositorios por favor?.
- ¿Para niño o para adulto?, pregunta el boticario.
Se miran los dos amigos y dicen . Hay que hablarle a Paco.

 
- ¿Bueno...?.
- Mira, Paco, no sabemos si comprar los supositorios para adulto o para niño.
- Imbécil, ¿qué es Venancio? ¿Un adulto o un niño?.
- Pues un adulto.
- ¡Carajo, pues cómprale los de adultos!.

 
     Compran los supositorios y se van a casa. Cuando ven el supositorio,se empiezan a preguntar:

 
- Bueno, ¿y ésto qué? ¿se toma? ¿se unta? se mastica? ¿o qué?. Hay que hablarle a Paco.
- ¡¿Bueno...?!.
- Paco, es que ya compramos los supositorios pero no sabemos si se untan, se mastican o se toman.
- ¡Joder! dile a Venancio que se los meta por el culo!. y cuelga.
- Venancio, pues yo creo que mejor te lo tomas con un vaso de agua porque Paco ya se encabronó...